Luego de volver a la senda del triunfo, Atlas no puede aflojar el paso pues Toluca representa un riesgo serio de retornar al hueco que acaba de dejar
En el seno del Atlas de Guadalajara hubo un momento de catarsis en su más reciente duelo del Torneo Apertura 2015. Dos derrotas categóricas en fila habían lastimado su ánimo y confianza en si mismo, por lo que la purificación era necesaria, obligatoria.
No obstante, seria un error creerse limpios de toda malaria: en su horizonte se asoma otra batalla en la cual tendrán que lidiar en contra de un ente diabólico que podría sumirlos en la tristeza, de nueva cuenta: Atlas recibe a Toluca en el estadio Jalisco en partido de la fecha seis.
El compromiso pinta complejo, sumamente complejo, para los Rojinegros, pues el equipo de José Saturnino Cardozo acarrea un tiempo de trabajo considerable, en comparación con los meses de cofradía que presumen Matosas y sus jugadores.
Evidentemente, Toluca tiene ya un estilo de juego definido, con variantes dominadas; su problema radica en la ejecución de sus planes, no en el conocimiento de los mismos. Esto se puede apreciar en su concurso en el Apertura 2015.
Un arranque con dos triunfos; luego, par de derrotas apenas por la mínima diferencia, y finalmente, un momento de reivindicación al superar con categoría a una versión poco favorecedora del Guadalajara.
Por su parte, Atlas apostó a una verdadera revolución tras atravesar una crisis de resultados. Al banquillo los titulares; a la cancha los suplentes. La consecuencia fue un Zorro con mucho coraje, con intensidad que terminó por imponerse a Puebla.
Linda historia la anterior; sin embargo, está en duda su repetición ante Toluca, ya que el estructurado mediocampo rojo y su punzante ataque por las bandas podrían devorarse el ímpetu rojinegro.
Atlas debe tener muy en claro que el futbol violento que pregona Gustavo Matosas necesita plasmarse lo más pronto posible; si su defensiva no va a ser una de sus fortalezas, más le vale contar con una plataforma para anotar una buena cantidad de goles.
Toluca está conciente de que su estructura es sólida; que los refuerzos le han fortalecido; pero, también, de que pequeños descuidos, como ante Puebla y Morelia, fastidian grandes trabajos.