De hecho, el lunes mantuvo una reunión con su agente, Jorge Mendes, para analizar todo lo que ha sucedido en las últimas horas y dar lo primeros pasos encaminados a enderezar el rumbo de su vida deportiva.
La primera idea del jugador es reactivarse y descartar la acumulación de encuentros en la grada de Old Trafford. Para ello tendrá que sentarse con Van Gaal a su regreso a Inglaterra y tomar una decisión.
A día de hoy piensa que renovar no es una mala solución después de todo lo sucedido. No está contento con el empeño que han puesto su representante y el Real Madrid y una salida airosa, pensado en la Europa, pasa por estampar su firma en el papel que le ponga delante el Manchester.
Otra opción es aguardar a que llegue el 1 de enero, momento en el que se convertirá en agente libre. Eso significa que puede rescindir su contrato de manera unilateral (acaba el 30 de junio de 2016) porque está fuera del periodo de protección (los tres primeros años de contrato) y sería la FIFA la encargada de dictaminar qué cantidad debe abonar a su club actual por dicha rescisión. Esta idea no es del agrado del jugador y está por la labor de la primera vía, debido a la desconfianza adquirida estos días.
De momento, De Gea se ha reforzado en el seno de la selección, donde tiene grandes amigos como es el caso de Juan Mata. El propio compañero ha comentado ante la prensa que ve al jugador tranquilo y que su carácter introvertido le ayudará a superar esta situación. Mientras, el Madrid guarda silencio para no ahondar más en el esperpento y el Manchester aguarda el regreso del jugador una vez que España dispute sus dos compromisos oficiales.